la leyenda de Alekay

para aquel que se aburre en exceso


EPIOLOGO

Era quizás ahora el momento de marchar…..¿?
Se acerco a la taquilla mas vacía que encontró y se coloco en la corta cola de gente, que va y viene, sin mediar palabra sumidos en su propio mundo, gris y monótono, miro hacia una esquina de la transitada estación de tren, allí unos amigos tristes no le quitaban la vista de encima apoyados en la pared o plantados silenciosamente miraban al suelo mustio.

Que tristes son las despedidas…mas si son para siempre… compro un billete…”solo de ida” le dijo al taquillero, que triste le contesto “que tengas suerte” casi susurrando.
Sus amigos conmovidos se acercaron llorosos y se fundieron todos en un abrazo, sonó de fondo, como si a sus oídos no quisiera llegar, el sonido de la campana que avisaba de que un tren llegaba, un tren blanco, rayado, un tanto viejo, un tren que lleva a un soldado demasiado joven para quedarse solo….” No estoy solo” se dijo mientras sus pisadas le llevaban a una triste puerta oxidada de un angustioso tren chirriante “te tengo a ti verdad ¿?” susurro “ siempre estaré contigo” respondió la guardiana que le sobrevolaba a poca altura “ los echare de menos” dijo la guardiana “ también yo..”
respondió el humano mientras una brillante lagrima caía veloz cruzando el espacio que separaba su cara del suelo.

Era una lagrima profunda brillaba como un cristal recién pulido, esa lagrima contenía todo lo que dejaba atrás, contenía días de felicidad, días de gloria.. era una lagrima que marcaría un antes y un después, una lagrima triste, maciza ,como si la magnitud de su fuerza no pudiera romperse con el impacto de ningún suelo
el brillo de esa lagrima izo estremecer a toda la estación como si el reflejo solar de la miserable gota de agua recorriera toda la infraestructura dándole color vida dándole luz… dejaba en esa lagrima toda su vida, para empezar de cero, cayo, se rompió contra el suelo durante un instante en la estación se izo el silencio un silencio, duro, frío, un silencio que decía… adiós Alekay …


subió al tren, el aire angosto estaba cargado de humo y era un aire pesado, rancio, el tren estaba lleno, se quedo en el hueco entre dos vagones allí un grupo de personas sentadas en el suelo agolpaban sus maletas contra una pared sus sacos y sus pertenencias, estaban sentados en el suelo y charlaban a susurros con miedo a algo Alekay no le dieron buena espina se apoyo un tanto lejos de ellos, mientras el tren con un brusco movimiento empezó a moverse dejando atrás la estación comenzando un amplio y largo túnel oscuro con simétricas luces colocadas que daban luz a los vagones momentáneamente cada cierto tiempo, la guardiana se coloco en frente de el se respaldo en el suelo y suspiro, “ ya sabes que nadie puede verte..Vamos a mi me da igual” dijo Alekay “llora si es lo que necesitas…” sonrío tristemente, intento aportar algo de calor a su compañero, fue en vano pues, este, se respaldo y se enterró en sus propias rodillas y lloro, Alekay supo que su amiga nunca mas seria igual, quizás ambos maduraran crecieran… quizás encontraran la ansiada libertad allí donde iban quizás…todo quizás…. Se durmió, arrodillado al lado de su Ángel, iba a ser un largo viaje…

bueno ya sabes lo que opino de la histo *o*